Desde la Fundación Aranzadi Lex Nova agradecemos a Pablo Vicente, abogado, economista y socio del despacho Vicente & Matanza Asesores y Consultores, su colaboración escribiendo el siguiente artículo, en el que cuenta su experiencia potenciando el Pro Bono en su joven despacho de Valladolid. Una experiencia que, a buen seguro, animará a otros abogados que quieran sumarse a esta corriente.
Pablo Vicente,
Socio de Vicente & Matanza Asesores y Consultores
De izda. a Dcha. Emilio Matanza Senovilla, Juan Vicente de Pedro y Pablo Vicente de Pedro.
Quizás el hecho de estar un año y medio en Estados Unidos, un país donde el Pro Bono es ya una realidad totalmente institucionalizada, te hace ver las cosas con otra perspectiva. Es esa perspectiva la que me hizo plantearme que hace falta dar un paso adelante y no olvidarnos de la función social que nos corresponde como ciudadanos y como abogados.
Una idea
Con este pensamiento en la cabeza, hablé con mis dos compañeros de despacho, Juan (hermano) y Emilio (amigo). Somos un despacho joven en todos los sentidos. Llevamos apenas un año y pico de actividad y los tres nos licenciamos más o menos recientemente. Les dije que las cosas nos estaban saliendo bien, que habíamos conseguido consolidarnos y que mirábamos con ambición el futuro. Sin embargo, echaba de menos ciertas cosas. Nos habíamos centrado demasiado en sacar el despacho adelante y conseguir clientes como fuera. Cuando empiezas eso es importante. Pero también lo es disfrutar de tu trabajo y hacer aquello que te hace sentir orgulloso de lo que haces. Habíamos dejado a un lado la esencia de lo que se suponía nos motivaba a ser abogados cuando éramos «jóvenes»: el trato con el cliente, teatralizar en los juicios haciendo argumentos brillantes con los que nos ganaríamos al juez y al jurado, ganar causas pérdidas, defender a aquellas personas más necesitadas y vulnerables… Les dije que me apetecía jugar a ser abogado, que me apetecía trabajar Pro Bono y que deberíamos incluirlo como política del despacho. Me miraron raro. No sabían muy bien qué era eso del Pro Bono, pero se lo expliqué y acogieron la idea con entusiasmo.
Un proyecto ilusionante
Teníamos claro lo que queríamos hacer, pero no cómo. Tras una breve búsqueda tuve conocimiento del proyecto Conexión Pro Bono auspiciado por la Fundación Aranzadi Lex Nova. Parecía perfecto, un proyecto nuevo, pero ambicioso y liderado por Montaña Benavides, una persona con una avalada trayectoria en la fundación y en la empresa Lex Nova, y además, paisana mía. Hablé con ella, me explicó el proyecto y me convenció desde el primer momento.
El tamaño no importa
… Bueno, hay quien dirá que según para qué. Pero sin duda no importa cuando se trata de ayudar a la sociedad y a los más necesitados. Y es que el Pro Bono, aunque poco igualmente, está implantado en los grandes despachos o despachos internacionales, pero apenas tiene seguimiento entre los despachos profesionales más pequeños. Uno de los objetivos del proyecto es, precisamente, involucrar en el Pro Bono a despachos más pequeños y a abogados particulares. Puede haber muchos motivos para trabajar Pro Bono. Ya sea por una inclinación natural y altruista de ayudar a la sociedad, por satisfacción personal, por conocer gente y aumentar tu red de contactos, o por la buena publicidad que tales acciones sin duda tendrían para el despacho. Sea cual sea tu motivación, todas son legítimas y bienvenidas, y muy beneficiosas tanto para el abogado como para la sociedad. Todas ellas son, además, motivaciones personales que podemos tener todos y cada uno de nosotros. No debería ser el Pro Bono, pues, solo cosa de los grandes despachos. Solo es necesario un poco de solidaridad, y la solidaridad no conoce ni de tamaños ni de áreas geográficas.
En Nueva York, por ejemplo, a partir del año 2015 será obligatorio y necesario acreditar al menos 50 horas de trabajo Pro Bono para ser admitido en el Colegio de Abogados y obtener la licencia para poder ejercer como abogado. No creo que allí tengan una mayor responsabilidad social. Es más bien una cuestión de cultura y tradición legal. Eso es lo que proyectos como Conexión Pro Bono de la Fundación Aranzadi Lex Nova pretende cambiar. Desde ya, tienen todo mi apoyo e implicación. Espero que muchos compañeros se unan a este bonito e ilusionante proyecto. Juguemos a ser abogados.